Cada espacio compartido para trabajar el contenido curricular es una oportunidad para inspirar a niñas, niños y jóvenes, a crear conceptos, desarrollar habilidades y, sobre todo, a construir vínculos.
En Extra Clase Roberto Rocca y en la Escuela Técnica Roberto Rocca de Pesquería, México, como agentes de cambio apasionados por la educación, nos hemos comprometido a construir espacios de aprendizaje seguros, en los que el propósito de cada interacción con nuestros estudiantes, independientemente del contenido de nuestras diferentes áreas de oferta (STEM, Matemáticas, Lengua, Arte o Recreación) sea la seguridad y el soporte emocional desde lo micro (el aula) hasta lo macro (la comunidad).
Cada espacio compartido para trabajar el contenido curricular se convierte entonces en una oportunidad para inspirar a niñas, niños y jóvenes a trabajar en actividades que les permitan crear conceptos, desarrollar habilidades cognitivas y, sobre todo, vivir experiencias para construir vínculos tanto con sus compañeros y compañeras como con la comunidad ya que es, en estas interacciones, donde ponen en práctica la gestión de sus emociones y pueden trabajar en sí mismos.
Nuestros estudiantes y educadores tienen así la oportunidad de interactuar en espacios caracterizados por ser optimistas, alentadores, en donde la voz y voto de cada uno se hace presente, ¡porque ellos son quienes los construyen!
Una fórmula que no falla en el aula: Seguridad física + seguridad emocional = Espacios seguros de aprendizaje
En lo que respecta a la Seguridad física, ideamos, organizamos y adaptamos nuestros espacios físicos de tal manera que las y los estudiantes puedan llevar a cabo las actividades previamente planificadas y diseñadas, con mobiliario y materiales adecuados al momento del desarrollo físico en que se encuentran y de ser necesario, como es el caso de la ETRR, con el equipo de seguridad personal (casco, lentes, guantes, zapatos de seguridad, etc.) que les permitan trabajar de manera adecuada en las actividades en el aula y/o taller.
Al mismo tiempo, promovemos valores y hábitos de limpieza y disciplina que, además de fortalecer la seguridad, conduzcan al cumplimiento de los objetivos de aprendizaje.
Sumado a esto, contamos con protocolos, procedimientos y personal preparado para actuar frente a una emergencia. Por ejemplo, en Extra Clase Roberto Rocca nos apoyamos con el instrumento de evaluación Youth Program Quality Assessment (YPQA)[1], que permite monitorear el buen uso de espacios físicos; mientras que en la ETRR las y los estudiantes, junto con el auxiliar de taller, utilizan el Análisis Previo de Riesgos (APR) para evaluar los riesgos que presenta un lugar de trabajo o una tarea antes de realizarla. De este modo, se crean espacios y momentos estructurados para que las y los estudiantes se desplacen y vivan actividades y experiencias de forma segura dentro de las aulas y talleres.
En cuanto a Seguridad psicológica, los estudiantes que viven con nosotros las experiencias de aprendizaje atraviesan uno de los momentos más importantes del devenir humano: la pubertad o la adolescencia. Esta fase se caracteriza por el cambio: en primer lugar, el cambio en las características físicas, pero sobre todo, el cambio en las características psicológicas. Por años, los niños y las niñas tenían entre sus figuras significativas a su madre y padre, fuente y modelo de su identidad y ser.
Años más tarde, durante la pubertad y adolescencia, se encuentran con percepciones, dudas y preguntas nuevas que los lanzan a la búsqueda de respuestas ya no solo en casa sino también fuera de ella, lo que conlleva sensaciones, emociones y sentimientos también nuevos y que, en ocasiones, producen conflictos tanto en el contexto de sus relaciones como en su mundo interior (Quiroga, 2007)[2]. Conscientes de este mundo interior adolescente, quienes trabajamos en el programa Extra Clase Roberto Rocca o en la ETRR fomentamos momentos específicos dentro de nuestras sesiones, pero también en la convivencia diaria en pasillos, comedores, talleres, etc. La construcción de habilidades y actitudes sociales y emocionales como la autoconciencia, el autocontrol, la toma de decisiones responsables, la conciencia social así como los valores de la tolerancia, la equidad, la inclusión, el respeto, la colaboración y el trabajo en equipo. Ejemplo de ello son las reuniones comunitarias y las reuniones de aula en las que las y los estudiantes expresan sus ideas y sentimientos, resuelven conflictos tanto de índole académica como personal. Espacios que además aprovechamos como docentes para dar el soporte a quien lo necesite.
Para ser conscientes sobre la experiencia adolescente y que existan espacios como los que acabamos de describir, es fundamental la capacitación constante del equipo -ya sea a través de cursos, talleres, diplomados, charlas, etc.-, que esté enfocada en fomentar ambientes educativos seguros en el día a día. A esto se suma la disposición, pasión, interés y talento como pilares en donde se sostiene el trabajo en el aula.
- Piensa en cómo te gusta ser tratado o tratada, ¿Te gusta ser escuchado? ¿Te gusta ser tomado en cuenta? ¿Tener voz y voto? ¿Ser motivado? ¿Reconocido? ¿Recibir y dar una atención personalizada? ¿Sentirte parte del equipo de trabajo? Seguramente las respuestas a estas y otras preguntas, marcan el primer paso en el diseño de estos espacios. Ahí tenemos la primera clave: a ningún niño, niña o adolescente le gustará ser tratado como a ti tampoco te gusta ser tratado. Por ende, nos enfocamos en pensar, idear, diseñar y planificar una atmósfera con las condiciones necesarias para que tanto adultos responsables como estudiantes, aprendan bajo un espacio abundante en interacciones positivas.
- Integra la instrucción explícita de habilidades y actitudes socioemocionales en tu planificación, asegurándote de que no sólo quede en papel: identifícalas, autoevalúate, cuestiónate, ¿en qué momento se vive? ¿A través de una pregunta? ¿Una indicación? ¿Cómo respondieron tus estudiantes? ¿Qué aprendizaje te deja? ¿Qué se llevan tus estudiantes? ¿Cómo suman estos momentos a tu cultura de aula? Reflexiona sobre lo que sucede, aprende de esto y comparte con tus pares.
- Brinda soporte y pide soporte. No estás sola o solo, recuerda que formas parte de una comunidad y de una red. Reza un proverbio africano: “Para educar a un niño hace falta la tribu entera”. Podemos apoyarnos en nuestros pares educadores, hacer equipo con el sistema familiar y con nuestros estudiantes. Sumar sistemas en este sentido siempre será ventajoso; asimismo, siempre existirá el valioso recurso de acercarnos con expertos en temas socioemocionales. Aprovechemos recursos, adecuemos y apliquemos a nuestros contextos.
- Es importante escuchar la historia de vida de tus estudiantes para que entender mejor su mundo emocional: no des por hecho que son conscientes de lo importantes que son en el aula y para la comunidad. Asegúrate de que suceda dentro de las actividades del día a día, teniendo así el propósito de que no sólo se reconozcan como una parte importante del equipo, sino de la comunidad. Diseña espacios concretos en los que te involucres en saber siempre un poco más sobre la vida de tus estudiantes para fortalecer vínculos.
- El esfuerzo rendirá sus frutos. Recuerda que mientras más sana es nuestra mente, más responsable somos con nosotros mismos y con los demás. Partiendo de esta idea, pensemos en reflejar aulas en donde el aprendizaje considere tanto la seguridad física como la psicológica, inspirando a nuestros niños, niñas y jóvenes hacia la ciudadanía global.
¿Se caracteriza tu aula por reflejar un clima emocional predominantemente positivo?, ¿Qué huella deseas dejar en tus estudiantes?, ¿Pronosticas en tus estudiantes adultos responsables?, ¿Cómo lo sabes?
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[1] ©2012 The Forum for Youth Investment-Youth Program Quality Assessment. Sembrando ideas: compartiendo estrategias para fomentar ambientes educativos seguros, Fundación JUCONI.
[2] Quiroga, S. E. (2007). Adolescencia: Del goce orgánico al Hallazgo de objeto. Argentina: Editorial Universitario de Buenos Aires.
Rubén Guevara Martínez: es profesional de la educación y actualmente es Líder Capacitador en el programa Extra Clase Roberto Rocca para las comunidades de Veracruz y Monterrey (México), Cartagena (Colombia) y Zalău (Rumania). Tiene 9 años de experiencia identificando, a través de herramientas concretas y procesos especializados, las áreas de oportunidad para la mejora en la operación y resultados de la gestión de contenidos educativos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y de Educación Socioemocional dirigidos a niñas y niños en edad primaria. Apoya a los equipos y profesionales de la educación para lograr el cumplimiento y mejora de la calidad de los programas y de su labor de enseñanza. Es Licenciado en Comercialización Internacional y, desde hace 10 años, se ha especializado en entornos educativos no formales.
lidercapacitadorveracruz@gmail.com
Juan Villalobos Villa: es profesional de la educación y en Psicología en la Red de Escuelas Técnicas Roberto Rocca (desde Pesquería, México). Coordinador de Orientación y estudiantes. Psicoanalista en consulta privada. Apasionado por los temas de educación y docencia, se interesa por el impacto de las condiciones contextuales y laborales en la práctica docente. Lector asiduo de textos de psicoanálisis, filosofía y ciencia ficción.
OTRAS FUENTES DE INTERÉS
Educación emocional y bienestar: por una práctica científicamente fundamentada
Trabajando con niñas, niños adolescentes y sus familias